Me han estudiado, y me han etiquetado, me han
archivado en una carpeta y la han cerrado, y en la portada le han escrito
algunos títulos:
-"No lo tomen en cuenta, no pierdan tiempo con
él, es un caso perdido, no vale la pena ni el esfuerzo".
Sí, me refiero a las compañías de márqueting y
de publicidad, que ya me ignoran completamente cuando proyectan una campaña.
Dentro de la misma carpeta se pueden leer los
resultados de los estudios:
-"Apático, desinformado, desadaptado, frio, no se
emociona con lo que hace vibrar a las masas, no le interesa imitar a los
famosos de la farándula, ni de los negocios, cree que lo verdadero tiene valor".
-"Es un conformista, si el teléfono que tiene le
funciona y le suple sus necesidades no le interesa el mas nuevo".
-"No es competitivo, no se esmera por tener un
carro más nuevo o más rápido que el del vecino, ni de mostrar que el logo de su
ropa es más caro que el de sus familiares, o que su televisor es más grande que
el de su colega".
-"Disfunción social, no sigue a las masas y cuestiona
lo que a la mayoría le gusta, o le parece “cool” “chévere” de moda, o como se
llame".
La verdad, tienen mucha razón, el estudio aquel
es bastante acertado. No voy a hacer fila ni a acampar en frente a ningún
negocio de venta de electrónicos para poder conseguir el primer ejemplar de
nada. No voy a hacer una terrible y larga fila en el cine para ver una película
la primera noche en que se estrena. Ni sigo ninguna marca en especial de ningún
artículo. Pero si hay campañas que me llegan y que sigo dentro de mis
posibilidades, son las que ayudaran a mis hijos y nietos a disfrutar de esta
maravillosa tierra que me ha tocado disfrutar a mí.
La “Economía sustentable, o sostenible” (son
sinónimos). Que busca llevar adelante el progreso sin acabar con los recursos,
que trata de preservar el medio ambiente, tienen en mi alguien que los escucha:
“Reduzca, rehúse y recicle” es un slogan que me llega, compre artículos que
provengan de lugares e industrias donde las condiciones de trabajo sean
humanas, donde los animales no sea maltratados, hay pequeñas cosas que yo puedo
hacer y sé que hay otras personas que también lo hacen, y estamos logrando
cambios, que son palpables, y aunque queda mucho por hacer se debe empezar de
alguna manera, no cuesta nada y se gana mucho. Cuando los consumidores
cambiamos nuestras preferencias, las empresas adaptan sus prácticas para
ganarse la clientela, que es en el fondo como debiera ser (creo yo), que la
empresa supla las necesidades del público y no que el público sea arreado para
suplir los intereses de las empresas.
Tal vez como no soy el único ya nos han abierto otra carpeta con un
rotulo: “ESCUCHENLOS Y ENTREGUENLES LO QUE NECESITAN”
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